Estudiar una ingeniería del software suele ser una cuestión de vocación. Quien quiere ser ingeniero lo tiene – casi – decidido desde muy joven. Sin embargo, sobre la formación en este sector planea la sombra de muchas experiencias universitarias negativas que, en ciertos casos, se llevan por el camino ilusiones y años de estudio. Hay quienes, tras sufrir los estragos del periodo universitario, deciden abandonar sus estudios. Otros prefieren darle una segunda oportunidad a la ingeniería del software cambiando de centro y eligiendo aquel del que puedan aprender sin miedos, sin exigencias mal entendidas ni frustraciones. Seguir leyendo